La fe mueve montañas en la imaginación, la tecnología, en la realidad, como entendiera Europa a lo largo del siglo XVII, a la vera de Bacon y Descartes. Aun así, la universidad novohispana se opuso a todo avance epistemológico, dominada por la Iglesia y otros poderes. Para 1865, Maximiliano tuvo que cerrar lo que quedaba de esa universidad, sin que por ello la Iglesia cejara en su afán de influir en el pensamiento nacional, como este documento cristero testimonia: mientras la vanguardia epistemológica mundial alcanzaba las estructuras del átomo, varias regiones de México defendían su derecho a la misma fe que habían mantenido durante siglos. ¿Cuánto del perfil ideológico de estas memorias se conserva entre nosotros? Esa y otras preguntas aguardan al lector en su recorrido por estas Memorias de un sacerdote cristero
Presentación
¿Quién es José Adolfo Arroyo?
El Fondo Aurelio R. Acevedo
Las memorias de un sacerdote de Zacatecas
Las versiones del texto
La edición
Criterios para la disposición del texto
Memorias del Presbítero Don Adolfo Arroyo, Vicario Cooperador de Valparaíso, Zacatecas, donde era párroco primero don José de Jesús Nava, luego don Juan Ibarra Jiménez y por último el señor cura don Mateo Correa, muerto el 6 de febrero de 1927 en Durango por órdenes del callista Eulogio Ortiz
Anexos
Anexo 1. Memorias de un sacerdote cristero
Anexo 2. [Hay que huir]
Anexo 3. Recuerdo de la enfermedad y muerte del Señor Cura, mi hermanito